Datos de los bancos centrales de Centroamérica recopilados por ese organimso, indican que el pasado año cerró con nuevas cifras récord en esos envíos, con un crecimiento sostenido que superó con creces los volúmenes de 2019 y 2020.
En números globales, la región superó los 32 mil millones de dólares, lo que para algunos países como El Salvador representó hasta el 26 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).
Según el BM, el incremento de las remesas para las naciones de ingresos medios y bajos experimentó un aumento del 7,3 por ciento el año recién terminado, por lo cual a escala global los flujos representaron unos 589 mil millones de dólares.
Entre los factores que contribuyeron al sólido incremento de esas partidas por parte de los migrantes son la determinación de ayudar a sus familias en épocas de necesidad, la recuperación económica en Europa y Estados Unidos, los estímulos fiscales y los programas de promoción del empleo.
América Latina y el Caribe, precisó el organismo multilateral, fue la región del mundo con el mayor crecimiento al punto que la media regional mostró un crecimiento del 21,6 por ciento, al recibir cantidades que como promedio hoy superan los siete mil dólares al año por migrante.
En términos prácticos, las remesas crecieron un 30 por ciento para países como El Salvador, Guatemala y Honduras y un 18 para Nicaragua, como reflejo del elevado movimiento migratorio hacia Estados Unidos.
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