La iniciativa se centrará en diversas necesidades, incluidas la salud, la vivienda y la higiene, para garantizar al mismo tiempo un trato digno y la defensa de sus derechos, de acuerdo con el portavoz del secretario general (António Guterres), Stéphane Dujarric.
El programa, que será presentado esta semana por la Misión de la ONU en la nación centroamericana, pone especial énfasis en las mujeres y los niños, ya que estos últimos constituyen casi la quinta parte de las personas en tránsito.
De acuerdo con cifras del organismo, más de medio millón de personas ingresaron a Costa Rica desde Panamá en 2023, lo que representa más del doble del período anterior.
El año pasado, el equipo de la ONU en San José, en colaboración con socios, apoyó a más de 84 mil personas con asistencia médica, asesoramiento legal sobre migración, retorno voluntario, ayuda alimentaria, kits de higiene y atención en espacios seguros.
El organismo internacional pidió en diciembre medidas urgentes ante la creciente emergencia humanitaria en América Latina por el número sin precedentes de migrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién, una región de bosque tropical densa a lo largo de la frontera entre Panamá y Colombia.
La ruta por Centroamérica hasta Estados Unidos es considerada una de las más peligrosas del mundo, con riesgo de que los desplazados enfrenten enfermedades, peligros naturales, violencia sexual y de género, robos y secuestros.
Otros resultan víctimas de traficantes de personas que los obligan a pagar sumas de dinero exorbitantes.
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