El bote se accidentó el viernes pasado próximo a la ensenada de Fort Pierce poco después de salir de las Bahamas con al menos 40 personas a bordo, en lo que las autoridades catalogaron como una presunta operación de tráfico humano.
Desde el miércoles, los rescatistas recuperaron cinco cadáveres y fue hallado un hombre con vida aferrado a la proa del bote, pero las autoridades dijeron durante una sesión informativa en Miami Beach la tarde de este jueves que había pocas posibilidades de localizar a más supervivientes.
«Creemos que es poco probable que alguien más haya sobrevivido», dijo a los periodistas la capitana Jo-Ann Burdian, comandante del Sector Miami de la Guardia Costera, quien no dio detalles acerca de las nacionalidades de los migrantes.
El caso se investiga como un hecho de contrabando de personas y «es mucho lo que estamos tratando de reconstruir en este momento», apuntó Anthony Salisbury, agente jefe a cargo de las Investigaciones de Seguridad Nacional en Miami.
Según los medios locales, el individuo salvado por la tripulación de un remolcador de barcazas que regresaba a Jacksonville desde Puerto Rico, aseguró que el barco en el cual viajaba se hundió en medio de una tormenta luego de salir de Bimini.
Trabas del Gobierno de Estados Unidos a la migración ordenada, entre otros factores, alientan los intentos de muchos migrantes de llegar por cualquier vía a este país de forma ilegal, lo que estimula el contrabando humano.
Un informe del Departamento de Seguridad Nacional reveló en 2020 que este delito genera ganancias para las organizaciones criminales por un monto que ronda los 150 mil millones de dólares anuales.
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