En una declaración que tomó por sorpresa a los británicos, la Policía Metropolitana de Londres informó que pidió a la funcionaria pública Sue Gray limitar lo más posible las referencias a los hechos celebrados en Downing Street número 10 para evitar perjudicar su investigación.
Aunque Scotland Yard, como también se le conoce popularmente, aclaró que no pretendía demorar la publicación del reporte, la prensa local señaló que Gray estaría ahora sopesando si saca a la luz una versión ´editada´ del documento, o espera por la conclusión de la pesquisa policial.
La intervención de la Policía desató una ola de críticas entre los adversarios políticos de Johnson, quien podría verse obligado a renunciar de comprobarse que violó la ley en momentos en que el país estaba bajo un confinamiento estricto por la pandemia.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, acusó al gobernante conservador de escudarse detrás de una funcionara pública y del cuerpo policial para eludir su responsabilidad.
El jefe de la bancada del Partido Nacional Escocés en la Cámara de los Comunes, Ian Blackford, llamó en Twitter a evitar que el primer ministro “se escape” usando como excusa una investigación policial para demorar aun más, o manipular, dijo, el informe.
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