Pasada la euforia de una victoria que parecía imposible ante Colombia en Barranquilla, el pasado viernes, el técnico Ricardo Gareca y sus jugadores se alistan a lo que el técnico llama la segunda de cuatro finales, es decir las cuatro últimas fechas del torneo premundialista sudamericano.
Terminado el partido, Gareca dio un mensaje claro de desaliento al triunfalismo que muchas veces afecta a la prensa deportiva. “Aun no termina”, dijo como para neutralizar que con el agónico gol en el único ataque profundo de Perú.
Y en los vestuarios, a la hora de los vídeos para Internet, el lateral Aldo Corzo lo subrayaba entre sus compañeros: “Ojo, si no ganamos el martes lo de hoy no valdrá nada”, como para que nadie piense que el meritorio éxito ante un equipo superior, Colombia, convirtió en invencible a la blanquirroja. Un comentarista de televisión moderó el triunfalismo de sus colegas y les pidió objetividad y reconocer que Colombia jugó el viernes mejor que Perú y el mérito de los incas fue resistir a pie firme e impedir que el dominio del adversario se convierta en goles.
“Merecimos menos”, dijo, en tono de cable a tierra el periodista, en alusión al poderío de Ecuador, que tiene ventajas en fuerza y velocidad y en el alto rendimiento en el torneo premundialista.
Además, el combinado inca jugará ante los ecuatorianos sin Christian Cueva, mediocampista clave para alimentar el ataque rojiblanco y que recibió su segunda tarjeta amarilla ante Colombia, lo que implica una fecha de suspensión.
En la defensa, Gareca perdió por el mismo motivo a Corzo, aunque, tras una suspensión, podrá contar con los laterales titulares Luis Advíncula y Aldo Corzo.
Ecuador llegará al partido en pos de un triunfo que lo clasifique al mundial, sin su portero titular, Alexander Domínguez; y su capitán, Enner Valencia, ambos suspendidos.
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