En declaraciones este lunes en el Parlamento, Truss dijo que de producirse la supuesta agresión, Londres congelaría los activos de empresas y empresarios rusos en territorio británico, vetaría la entrada de esos individuos al país e impediría al sector empresarial británico hacer negocios con ellos.
Según la jefa de la diplomacia británica, la ley entrará en vigor la semana próxima, y será el régimen de sanciones más duro que el Reino Unido haya aplicado alguna vez a Rusia.
El gobierno británico, Estados Unidos y el resto de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acusan al Kremlin de querer invadir Ucrania, cuyo gobierno solicitó la membresía de la alianza militar liderada por Washington.
Moscú mantiene más de 100 mil soldados en las inmediaciones de la frontera con Ucrania, pero niega tener planes de atacar, y asegura que sus tropas se mueven dentro de su propio territorio con fines puramente defensivos.
En medio de la escalada de tensiones con Moscú, Londres envió semanas atrás dos mil armas ligeras antitanque a Kiev, y personal militar para entrenar a los soldados ucranianos en su manejo.
También anunció el fin de semana que ofrecerá a la OTAN hacer un gran despliegue de tropas, barcos y aviones británicos en Europa a partir de los próximos días.
Johnson, quien viajará próximamente a Ucrania, tenía previsto hablar por teléfono este lunes con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
La anunciada conversación fue cancelada porque el primer ministro debió comparecer de urgencia ante Parlamento tras la publicación de un informe interno sobre las fiestas celebradas en su residencia oficial durante la cuarentena por la Covid-19.
De acuerdo con medios de prensa locales, que citaron fuentes de la oficina del gobernante británico, la llamada telefónica podría tener lugar este martes.
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