A pesar de los traspiés que ha tenido en su accionar dentro de este deporte, el último el año pasado cuando tuvo que perderse la temporada en las Grandes Ligas después de haber salido positivo en un control antidopaje lo cual le costó una suspensión de 162, sigue siendo un jugador talentoso, oportuno y necesario.
En este torneo ha sido una bujía inspiradora para su equipo, seguro al bate y alguien que en los momentos difíciles ha sacado a relucir su maestría y dado el batazo a la hora buena.
No por gusto está entre los mejores a la ofensiva del torneo y lidera la casilla de carreras impulsadas, con un número difícil de superar.
Canó declaró a la prensa al referirse a su actuación en la 64 Serie del Caribe, como él es una persona competitiva y disfruta ganar, pero es un jugador que busca un punto de contacto porque “lo importante es dar un hit y ayudar al equipo a ganar».
Y agregó que le gusta representar a su país y ponerse ese uniforme, “es algo lo cual no sé como describir por todos los sentimientos que te llegan».
El representante de la mitad de la isla en el torneo tiene una trayectoria de 16 temporadas en las Grandes Ligas con los equipos Yanquis de Nueva York, Marineros de Seattle y Mets de Nueva York entre 2005 y 2020.
Ganó la Serie Mundial de 2009 con los Yanquis en 2009 y fue ocho veces elegido para el Juego de Estrellas.
Asimismo, con Dominicana conquistó su primer título de la Serie del Caribe el año pasado como refuerzo de las Águilas Cibaeñas y este año va en ese camino.
Aún quedan las semifinales y la final del evento que nos convoca y seguramente habrá que abrir nuevos espacios para hablar de este virtuoso de las bolas y los strikes tan admirado por los dominicanos.
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