En un esfuerzo bipartidista los legisladores están a punto de presentar lo que a juicio del presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, Robert Menéndez, será “la madre de todas las sanciones”.
El proyecto de ley que se evalúa contiene penalidades masivas contra “los bancos rusos más importantes, paralizando su economía”, dijo el legislador demócrata, quien en 2015 fue acusado de cargos federales de corrupción por presuntamente no informar sobre numerosos obsequios de un donante político.
En el programa «State of the Union» de la cadena CNN, Menéndez dijo el domingo que también espera que la Cámara Alta apruebe una «asistencia letal a Ucrania» adicional en forma de armas.
A Menéndez se sumó el senador James Risch, republicano de mayor rango en el Comité, en una muestra de que ambos partidos coinciden en este tema.
Aunque Risch señaló no estar convencido de que Rusia haya decidido realmente una invasión a su vecino, sí estima que es importante dejar claro por adelantado el precio que podría pagar el país euroasiático por ese supuesto acto.
El Senado estadounidense amenaza a Rusia con sanciones debido –según Washington- a los más de 100 mil de sus soldados posicionados en territorio nacional a lo largo de las fronteras norte, este y sur que separa a ese país de Ucrania.
En diciembre, al término de unas maniobras militares, las autoridades rusas advirtieron que son libres de mover fuerzas en su territorio como crean conveniente y niegan que estén planeando un ataque a gran escala hacia el otro lado.
Mientras, aumentan las tensiones entre Estados Unidos y Rusia tras confirmarse este martes la entrega del sexto lote de armamentos estadounidenses a Kiev desde el 22 de enero.
El reforzamiento en armamentos a la nación de Europa del este tiene lugar en medio de las negociaciones de garantías de seguridad propuestas por el Kremlin a la Casa Blanca y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Durante una visita a la capital ucraniana el pasado 19 de enero, el secretario de Estado Antony Blinken anunció la entrega de 200 millones de dólares de ayuda adicional “para material defensivo”.
El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, reiteró recientemente que los reportes infundados sobre una presunta invasión buscan escalar la tensión en Ucrania y en la región.
Además, subrayó que su país no representa amenaza para nadie y alertó que los intentos de resolver el problema en el sureste de Ucrania por la fuerza tendrían graves consecuencias.
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