Ahora los uruguayos tienen que pagar 1,70 dólares, un 4,26 por ciento más por el litro de Nafta Super, 1,30 por litro de gasoil, un aumento del seis por ciento, y tambiéN el kilo de supergas experimentó subidas de tarifa.
El senador del Frente Amplio Alejandro Sánchez destacó que respectivamente significaron un incremento de 25, 33 y 18 por ciento en el último año, “mientras tanto el salario y las jubilaciones sufrieron pérdidas del seis por ciento”.
Para el también senador Mario Bergara el gobierno incumplió con la prometida baja de los combustibles y ni siquiera aplicó el criterio que proyectó para hacerlo en la Ley de Urgente Consideración (LUC), en una crítica compartida con el diputado Daniel Caggiani.
Durante cuatro consecutivos meses previos, el Poder Ejecutivo congeló precios absteniéndose de aplicar el mecanismo establecido para fijarlos por la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua.
La explicación oficial fue altas ganancias en la exportación de energía a Brasil por parte de la entidad estatal Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Portland (Ancap)
Pero en la Comisión Pro referendo revocatorio de 135 artículos de la LUC advirtieron que consistió realmente en dilatar la aplicación de medidas impopulares hasta después de la consulta popular marcada para el 27 de marzo.
Otro cuestionado proyecto transitoriamente engavetado refiere a la reforma de Seguridad que deteriora los ingresos de jubilados y abre puertas a la privatización del sistema, según las propias fuentes críticas.
Mientras el Instituto Nacional de Estadísticas acaba de informar que el salario real en Uruguay cayó un 1,68 por ciento en el año 2021 y proyectó que las jubilaciones se mantendrán por debajo del nivel de inflación.
El diputado frenteamplista Daniel Caggiani, sentenció que “menos los salarios, crece todo”
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