Curiosamente, la reforma cuenta con el visto bueno de la patronal y los sindicatos, con el añadido de que ninguna de las dos partes aceptaría introducir cambios a la propuesta de legislación, algo que ciertos políticos intentaron hacer, chocando con el naufragio.
El Partido Popular (PP), de derecha, máxima fuerza en la oposición, es uno de sus detractores, visualizando al mismo tiempo el asunto en la figura de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que es la máxima representación del bloque más izquierdista del Gobierno, Unidas Podemos.
Díaz se ha convertido en los últimos meses en una personalidad muy popular y altamente valorada como eventual candidata en las futuras elecciones presidenciales. Y como incansable negociadora, es la principal impulsora de la reforma. Una ficha a la cual el PP no quiere dejar crecer.
El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO), Unai Sordo, lamentó este jueves que muchos grupos parlamentarios votarán en las próximas horas la convalidación del real decreto de la reforma laboral bajo el criterio de «sus cábalas electoralistas o políticas». Por su parte, Pepe Alvarez, el líder de la Unión General de Trabajadores (UGT), comentó que pudo hablar con casi todos los grupos políticos y se mostró confiado en que se generará una mayoría para dar luz verde a la reforma.
“Pero lo que es absurdo y lamentable es que el Partido Popular, con un acuerdo de estas características, con las organizaciones sindicales y empresariales detrás, no la apoye. Veo con tristeza ese politiqueo de corto plazo del primer partido de la oposición”, sentenció Alvarez.
Unai Sordo remarcó que la norma saldrá adelante porque «es el paquete de medidas de mejora de los derechos laborales más importante de España de las últimas tres décadas».
Estamos ante una votación determinante para mejorar la calidad de vida y trabajo de millones de personas. Eso debería ser lo que moviera la actitud de los partidos (…) es un gran paquete de medidas de mejora de los derechos laborales (…), apostilló el titular de CCOO.
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