Cuevas tomadas como sedes y cuarteles por la agrupación terrorista del Estado Islámico (Daesh, en árabe) fueron destruidas por ataques de cazas rusos y sirios, en la zonas de Atherya y Rasafa ubicadas entre los límites administrativos de las provincias de Hama, Raqa y Alepo, informó un oficial al diario al-Watan.
Agregó que similares blancos fueron también bombardeados en la extensa zona desértica de al-Badiya en el este de la provincia de Homs donde los radicales recorren a lanzar ataques esporádicos contra posiciones militares y comunidades civiles distantes.
Según el oficial, las posiciones yihadistas fueron destruidas y sufrieron decenas de bajas en sus filas.
Asimismo, la artillería del ejército sirio abrió fuego contra una posición de la llamada Junta para Liberación del Levante – otrora Frente al-Nousra – en la provincia septentrional de Idlib.
La acción, según fuentes militares, se llevó a cabo en respuesta a un ataque de los radicales de este grupo inscrito en la lista del terrorismo internacional, contra los puntos militares.
En Idlib, se atrincheran organizaciones extremistas que bombardean frecuentemente las posiciones militares y comunidades civiles, violando así el alto al fuego declarado por Turquía y Rusia en esa provincia.
El Ejército sirio logró en sus operativos durante el 2020 liberar el 56 por ciento de Idlib, pero los radicales controlan el resto del territorio, donde retienen a cientos de miles de civiles como escudos humanos.
Mientras en el desierto de Badiya incrementan los ataques de Daesh cuyos integrantes, según denuncias de Damasco, reciben apoyo logístico, protección e informaciones de inteligencia por parte de los militares norteamericanos en la zona de Tanef en el este del país.
Según analistas, el Daesh recurre, desde su derrota en 2018, a la guerra de pandillas y ataca sobre la base de claras instrucciones de inteligencia para desgastar a las tropas sirias y sus aliados.
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