De acuerdo con el comunicado, orientado al pueblo y la comunidad internacional, los barcos llegan a menos de 30 millas de distancia de la costa, permanecen en dicho sitio y reclaman su soberanía sobre los mismos, hechos sin precedentes en la historia reciente de ambos países.
Previo a estas acciones hostiles, indicó el texto, no existe informe alguno mediante el cual El Salvador demande la autoridad sobre esos territorios, ni incursiones en la zona como lo hace en la actualidad y reconoció la postura indiscutible de Nicaragua sobre esos espacios marítimos.
Según la nota, la posición histórica de San Salvador desconoce el derecho de Honduras sobre la boca del Golfo de Fonseca y, por ende, también en las aguas fuera del mismo en el Océano Pacífico, de ahí que Managua suscribiera, el 27 de octubre último, un tratado de límites con el país vecino.
Como trascendió en aquella oportunidad, Nicaragua firmó el convenio para que el pueblo hondureño obtuviera una parte de esa área marítima, cuestión reconocida incluso por la Corte Internacional de Justicia y llamó a El Salvador a mantener esos escenarios como zonas de paz, desarrollo sostenible y seguridad.
La actual invasión, apuntó el comunicado, no resulta ninguna disputa territorial, sino que constituye un gesto de rechazo a la invitación realizada con anterioridad y busca ponerle fin violentamente al Tratado de Límites, ratificado ya en los parlamentos de las naciones involucradas.
Por último, reiteró que “las acciones adoptadas por Nicaragua siempre serán y han sido en resguardo de su soberanía e integridad territorial” e informó sobre el manejo de la situación por la Fuerza Naval del Ejército, con firmeza, prudencia y en fiel cumplimiento a las normas internacionales.
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