El hallazgo, documentado en la revista Nature Geosciences, acarrearía asimismo problemas climáticos globales en el futuro, según alertó el profesor asistente de ingeniería civil en la Universidad estadounidense de Houston, Pietro Milillo.
«Gracias a la nueva generación de satélites de radar, hemos podido presenciar en los últimos años tasas de retroceso más rápidas que nunca entre los glaciares de todo el mundo”, afirmó.
De acuerdo con la explicación del experto, en la Antártida los glaciares no se derriten por la interacción con el Sol sino porque inyectan más hielo en el océano.
El riesgo del deshielo de los tres estudiados, abundó, radica en que podrían capturar la cuenca del cercano glaciar Thwaites y provocaría la pérdida de más masa.
“Si todos estos glaciares se derritieran, el agua del océano podría subir rápidamente. Con 267 millones de personas en todo el mundo viviendo en tierra a menos de dos metros sobre el nivel del mar, esto podría resultar en una migración abrupta.
Además, el hundimiento podría hacer que grandes estructuras se hundan en lugares vulnerables», consideró Milillo.
En la investigación, que recopila datos a través de los satélites TanDEM-X y Cosmo-SkyMed, participan también expertos de la Universidad de California Irvine y científicos de tres agencias espaciales: la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), el Centro Aeroespacial Alemán y la Agencia Espacial Italiana. oda/ifs