La comitiva debe reunirse con funcionarios de la Cruz Roja, Suiza y Europa, señaló la agencia de noticias afgana The Khaama Press.
Se trata de la segunda visita de los fundamentalistas radicales islámicos a un país europeo después de lograr el control de Afganistán en agosto del año pasado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores suizo insistió en que la visita de los talibanes al país europeo no significa un reconocimiento de su gobierno, indicó la fuente.
La delegación está encabezada por Lutfullah Hakimi -jefe de la comisión de purificación de los talibanes- y se encuentra en Suiza desde hace cinco días.
La conferencia a puerta cerrada, que se prolongará hasta el 11 de febrero, está auspiciada por Geneva Call, una fundación que trabaja para proteger a los civiles durante los conflictos.
La entidad invitó a los talibanes a debatir sobre la situación de la asistencia humanitaria, la protección de los civiles, el respeto a la asistencia sanitaria y la cuestión de las minas terrestres y otros temas.
Afganistán enfrenta una emergencia compleja debido a los conflictos armados superpuestos en el pasado, la Covid-19 y sus consecuencias socioeconómicas, y el clima extremo.
En la actualidad, 23 millones de afganos corren el riesgo de sufrir malnutrición y el 97 por ciento de la población vive por debajo del nivel de pobreza.
Afganistán necesita ayuda humanitaria urgente desde la toma del poder por los talibanes en agosto último, mientras Estados Unidos y la OTAN sacaron estrepitosamente sus tropas tras 20 años de intervención, con saldo de miles de civiles muertos.
Tras la ocupación militar estadounidense, que también costó más de dos billones de dólares al contribuyente norteamericano, según los cálculos de la Universidad de Brown, Afganistán quedó en una grave crisis humanitaria, que afecta a varios millones de personas.
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