“El Estado contribuirá y desempeñará su papel”, señaló el comunicado, añadiendo que ningún país lleva a cabo un programa nuclear de envergadura sin que el Estado esté presente como garante y como financiador.
La nota aclaró que los detalles aun se estudian y son objeto de conversaciones con la Comisión Europea, por lo que el presidente, Emmanuel Macron, no se referirá a esta cuestión en el viaje programado para mañana jueves a la planta nuclear de Belfort, en el este del país, donde únicamente precisará sus planes de renovación para las centrales de la empresa estatal EDF.
Se espera que Macron defienda el principio de la reducción del consumo de energía en un contexto de electrificación de los usos y fije un objetivo de energías renovables para 2050, añadió la misma fuente.
Tras anunciar en noviembre el relanzamiento de la construcción de reactores nucleares en Francia, sin mencionar el número ni el tipo de unidades previstas, el presidente podría contemplar un programa que vaya “más allá” de los seis EPR propuestos por EDF, según publicó el diario económico Les Echos.
El Elíseo también confirmó que en el viaje de mañana Macron hará oficial la compra por parte de EDF de las turbinas Arabelle a la estadounidense General Electric, una operación que simboliza la vuelta de Francia al control de su industria nuclear.
En enero la Autoridad Francesa de Seguridad Nuclear estimó que, en los próximos cinco años, la decisión de Francia de cerrar definitivamente otros 12 reactores de aquí a 2035 debería ser «debidamente sopesada» frente a las perspectivas «realistas» de poner en marcha las nuevas instalaciones de producción en el mismo plazo.
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