La estancia del mandatario, prevista hasta el sábado, incluirá a la capital Argel y la ciudad portuaria de Orán, con el objetivo de profundizar en los vínculos con la mira en el futuro, según el comunicado emitido la semana pasada por el Palacio del Elíseo.
El presidente reforzará la cooperación franco-argelina de cara a los desafíos regionales y mantendrá el trabajo para sanar la memoria, precisó en alusión a las acciones del jefe de Estado para “reconocer la verdad” y superar el pasado marcado por crímenes de los colonizadores franceses y una sangrienta guerra de independencia del país norafricano.
Ayer el portavoz del gobierno, Olivier Véran, mencionó además el interés de Macron en hablarles a los jóvenes y a la comunidad francesa y subrayó el propósito de estrechar las relaciones, citando sin más detalles la cuestión de la crisis energética.
El año pasado escalaron las tensiones entre los dos gobiernos a raíz de declaraciones del presidente francés y su acusación sobre un alegado discurso de odio hacia Francia desde Argelia, que llamó a consulta al embajador de París y prohibió el sobrevuelo de su territorio de aviones militares.
La versión oficial de la visita es matizada hoy en la propia prensa gala, que recuerda el potencial gasífero de Argelia, uno de los mayores del mundo, y el empeño europeo, con Francia incluida, en eliminar la dependencia del gas natural ruso, en el contexto del conflicto en Ucrania y de las sanciones impuestas por occidente a Moscú.
En ese sentido, la cadena Franceinfo puso sobre la mesa el asunto del gas y el canal TF1 destacó los esfuerzos en meses previos de Alemania e Italia, país este último que acordó en julio con Argelia el envío de 10 mil millones de metros cúbicos de gas antes de que culmine el 2022, adicionales a los casi 14 mil millones ya entregados.
Francia importa un 17 por ciento del preciado hidrocarburo de Rusia y un ocho por ciento de Argelia, por lo que abunda el criterio de que en la visita de Macron este sería un asunto esencial, aunque el Elíseo lo margine.
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