En la catequesis de la Audiencia General semanal, el sumo pontífice señaló que la inevitabilidad de la muerte y la preocupación para que el tramo final de la vida transcurra de la manera más humana posible, son “dos consideraciones que permanecen en pie para nosotros los cristianos”.
Debemos estar atentos a no confundir esta ayuda con derivas inaceptables que llevan a matar, indicó Francisco al subrayar que “debemos acompañar a la muerte, pero no provocarla o ayudar a cualquier forma de suicidio”.
La reflexión del papa sobre el fin de la vida coincide con el debate parlamentario en curso sobre el proyecto de ley respecto a requisitos y procedimientos para la muerte voluntaria con asistencia médica, aprobado el 9 de diciembre último por la Comisión de Justicia y Asuntos Sociales de la Cámara de Diputados.
Al mismo tiempo, la Asociación Luca Coscioni por la Libertad de la Investigación Científica, promueve, con el apoyo de otras organizaciones y partidos políticos, la realización de un referendo para modificar el artículo 579 del código penal y legalizar la eutanasia activa.
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