Durante dos noches, la tradicional fiesta de la Llamada de tambores de origen afrouruguayo reapareció con su alegría y color a todo lo largo de la calle Isla de Flores de las populares barriadas Palermo y Sur.
Esta vez uno de los espectáculos favoritos de las carnestolendas más largas del mundo tuvo que adaptarse a la realidad sanitaria, con apego a los protocolos del Ministerio de Salud Pública y la Intendencia capitalina que estableció un aforo del 70 por ciento de los espectadores.
Los organizadores suprimieron espacio para público de pie dentro del perímetro y restringieron el número de cruces peatonales, con vallas, así como exhortaron al público al uso de mascarillas, que entregaron a quienes no tenían.
Un jurado experto otorgó a Cenceribó, la mayor puntuación de 455, a la cabeza de 23 comparsas que garantizaron sus accesos a la edición carnavalesca de 2023, entre las que figuran los grupos La generación lubola, Hechiceros, Yambio Kenia, Sarabanda y Candongafricana.
Mientras prosigue la celebración popular de 40 días de duración en tablados de espectáculos, teatro de verano y las acogidas murgas satíricas de lo social y lo político, atravesadas por la polémica Ley de Urgente Consideración y el venidero referendo para derogar 135 de sus artículos.
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