De acuerdo con la organización, mientras aumenta el peligro de un enfrentamiento armado entre Moscú y Kiev por la aparente falta de avances en las negociaciones, tanto el gobernante Partido Conservador como el opositor Laborista compiten a ver quien hace declaraciones más belicosas.
Los políticos británicos están jugando con fuego, recalcó Stop the War, un grupo que se fundó en Reino Unido en 2001 para oponerse a la acción militar estadounidense contra Afganistán luego de los ataques terroristas contra las Torres Gemelas.
Londres, Washington y otros gobiernos occidentales acusan a Rusia de querer invadir Ucrania porque el gobierno de ese país solicitó la membresía de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Moscú se opone de manera categórica a la expansión de la OTAN hacia Europea del Este por considerar que representa una amenaza para su seguridad nacional, y mantiene más de 100 mil soldados cerca de la frontera ucraniana, aunque niega tener planes de atacar.
Pese a que Rusia señala que el despliegue de tropas dentro de su territorio es legítimo y tiene un carácter defensivo, el gobierno británico se sumó a la retórica antirrusa de Washington, con llamados al Kremlin para que retire a su ejército y amenazas de sanciones económicas y financieras.
En declaraciones a la prensa este lunes, el primer ministro Boris Johnson dijo que hay indicios bastantes claros de que la invasión rusa es inminente.
Estamos al borde del precipicio, aseveró Johnson, quien por un lado dijo que aún hay tiempo para que el presidente ruso, Vladimir Putin, de un paso atrás, y por otro recalcó que el derecho de Ucrania de unirse a la OTAN no es negociable.
De su lado, el líder laborista Keir Starmer instó al gobierno conservador a aplicar sanciones más duras contra Moscú en caso de producirse la supuesta invasión.
El Reino Unido debe tener lista una respuesta fuerte y rápida, una respuesta unificada, declaró Starmer, quien la semana pasada viajó a Bruselas para expresar el apoyo irrestricto de su partido a la alianza militar noratlántica, y acusó a Stop the War de apoyar a Rusia.
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