Las medidas adicionales contra Moscú responderían a un interés nacional en estrecha cooperación con los países del Grupo de los Siete y otros miembros de la comunidad internacional, expresó el jefe de gobierno durante una reunión de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Consejeros de la Dieta (Parlamento).
Kishida instó nuevamente a Rusia a que regrese al proceso diplomático y haga esfuerzos para superar la situación.
“No se trata sólo de una cuestión europea, sino de una cuestión que afecta al orden internacional, incluido el de Asia”, recalcó el mandatario.
La víspera, el gobierno anunció un paquete de sanciones contra Rusia que incluye la congelación de activos, la suspensión de la emisión de visas, la prohibición de importar/exportar y otras restricciones dentro del sector financiero.
Esa fue la respuesta de Tokio a la decisión rusa de reconocer la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Luhansk el pasado lunes.
Las medidas coercitivas de Japón alcanzan también a las dos regiones autónomas en el este de Ucrania, con la cuales el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó acuerdos de amistad, cooperación y asistencia mutua.
Putin prometió a los líderes de ambos territorios, Denis Pushilin (Donetsk) y Leonid Pásechnik (Lugansk), ayuda para garantizar la paz en la zona.
A propósito, el mandatario ruso negó las acusaciones de algunos países occidentales sobre los planes de Moscú de ocupar territorios ucranianos.
En su lugar, Putin llamó la atención sobre los peligros que supone la actividad militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la región y en las inmediaciones de las fronteras rusas.
El Kremlin ratificó que siguen abiertas las opciones para que triunfen la diplomacia y el diálogo, pero no permitirán un nuevo derramamiento de sangre en Donbass.
Respecto a la postura de las Naciones Unidas, Moscú solicitó al organismo multilateral que actuara de manera imparcial ante cualquier conflicto y, en particular, sobre los últimos acontecimientos en Ucrania.
jf/lcp