Una modelación realizada entre octubre de 2021 y actualizada con cierre en enero de este año sugirió que dos de cada tres pequeños huérfanos por el SARS-CoV-2, patógeno de la Covid-19, son adolescentes de 10 a 17 años de edad.
Además, en consonancia con las pruebas de que las víctimas fatales de la enfermedad afectan desproporcionadamente a los hombres, tres de cada cuatro niños del planeta experimentaron la pérdida específicamente del padre, precisó el artículo en el medio británico.
Los implicados pidieron la incorporación urgente a los esfuerzos de respuesta a la pandemia de programas basados en la evidencia para los infantes que viven la orfandad, igual programas en apoyo al fortalecimiento económico.
También, añadieron, una mayor contribución de la comunidad y la familia, y estrategias que eviten colocar a los niños en el cuidado institucional, lo cual se inscribiría en las acciones nacionales adaptadas a la edad y las circunstancias de los afectados.
«Calculamos que cada seis segundos un pequeño se enfrenta a un mayor riesgo de adversidad a lo largo de su vida si no recibe el respaldo adecuado a tiempo», afirmó la autora principal, Susan Hillis.
La científica estadounidense señaló que la contribución a los niños sin padre o cuidador debe centrarse en prevenir la muerte mediante la cobertura, la contención y el tratamiento equitativos de la vacuna antiCovid-19, entre otras.
Lamentablemente, por muy elevadas que sean estas estimaciones, es probable que queden por debajo, y aumenten a medida que se disponga de más datos globales, advirtió la estadística con la información disponible.
Por ejemplo -explicó el documento-, la Organización Mundial de la Salud refiere que las muertes registradas por Covid-19 en África son limitadas, y probablemente las estimaciones reales superen 10 veces lo que se comunica en la actualidad.
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