La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo la víspera que la administración de Joe Biden decidió sancionar a Putin y al canciller ruso, Serguéi Lavrov, luego de discutirlo con “nuestros socios europeos”.
En tanto, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, informó que impondrá sanciones contra Putin, el ministro de Relaciones Exteriores ruso y el jefe de gabinete del Gobierno, Anton Vaino.
Asimismo, señaló que Canadá apoya la expulsión de Rusia del sistema bancario Swift, una medida que la administración de Biden aún no ha respaldado oficialmente.
De acuerdo con el sitio digital del diario The Hill, las sanciones congelarán todos los activos de esos altos cargos rusos en bancos de Estados Unidos y Canadá, pero como es muy probable que esas personas no tengan activos importantes allí, tales medidas son en gran medida simbólicas y señalan la voluntad de ir directamente tras Putin.
La Unión Europea y el Reino Unido también anunciaron el viernes que introducirían sanciones contra Putin y Lavrov como castigo por las más recientes acciones de Moscú con respecto a Ucrania.
Rusia lanzó el pasado jueves en la madrugada una operación militar en la región autónoma ucraniana de Donbass, luego de que las autoridades de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
El pasado 21 de febrero, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
La información sobre el inicio de la operación militar fue dada a conocer por Putin en un discurso televisado, en el que afirmó que Rusia tratará de proteger a la población del Donbass y “desmilitarizar” Ucrania.
Hace pocas horas, el presidente ruso instó a los soldados ucranianos a no dejar que los nacionalistas usen a población del país como escudo humano y los convocó a tomar el poder en sus manos.
Además, denunció que “los neonazis de Ucrania” se comportan como otros terroristas del mundo escondiéndose detrás de sus compatriotas, niños, mujeres y ancianos, esperando culpar a Rusia por las muertes de civiles.
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