Según informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, esa es una medida que no han descartado y entretanto mantienen conversaciones con Arabia Saudita y otros miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) sobre el aumento del suministro de energía.
Esa decisión se sumaría a otros esfuerzos del país norteño para empujar la economía rusa hacia el colapso con decisiones como la anunciada este lunes por el Departamento del Tesoro estadounidense, que prohibió las transacciones con el Banco Central de Rusia y su fondo de inversiones extranjeras.
Nuestra estrategia es asegurarnos de que la economía rusa retroceda mientras el presidente Vladímir Putin decida seguir adelante con la guerra, dijo un alto funcionario de la administración de Joe Biden.
Por su parte, Rusia ya comenzó a blindarse para mantener la estabilidad económica y financiera luego de que Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea y el resto de los aliados de la OTAN impusieran sanciones contra los máximos representantes del Estado y el Gobierno de Rusia, así como contra empresarios, bancos y aerolíneas de ese país.
Expertos alegan que esas medidas también afectarían a otras naciones y advierten que más del 40 por ciento del gas utilizado en la Unión Europea procede de Rusia.
El 24 de febrero Rusia inició una operación militar a solicitud de las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL), cuya independencia Moscú reconoció previamente.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa ruso, los ataques de los últimos días están dirigidos únicamente a infraestructuras militares, instalaciones de defensa aérea, aeródromos y la aviación militar.
El Kremlin afirma que no tiene planes de ocupar Ucrania y que el objetivo de su operación es desmilitarizar y desnazificar la nación vecina.
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