A partir de este lunes las personas y empresas estadounidenses no podrán enviar dólares o realizar ninguna transacción financiera con el Banco Central, el Fondo Nacional de la Riqueza o el Ministerio de Finanzas del gigante euroasiático.
Las autoridades estadounidenses anunciaron que harían excepciones para ciertos pagos relacionados con la energía, para evitar un fuerte aumento de los precios mundiales del petróleo y el gas natural.
Se trata de un nuevo esfuerzo del país norteño para seguir empujando a la economía rusa hacia un colapso en medio de las tensiones bélicas entre Rusia y Ucrania, un conflicto que le incumbe a Washington.
Nuestra estrategia es asegurarnos de que la economía rusa retroceda mientras el presidente Vladímir Putin decida seguir adelante con la guerra, dijo un alto funcionario de la administración de Joe Biden.
Estados Unidos y sus aliados occidentales anunciaron el pasado sábado que pondrían en el punto de mira más de 600 mil millones de dólares en reservas del banco ruso, que describieron como “el cofre de guerra” de Putin para evitar las sanciones.
La Casa Blanca tiene un largo historial de sanciones unilaterales contra países a los que considera enemigos por oponerse a la hegemonía occidental, como la República Popular Democrática de Corea, Venezuela, Irán y Cuba.
Rusia ya comenzó a blindar su economía para mantener la estabilidad económica y financiera, según el primer ministro, Mijaíl Mishustin, quien rechazo este lunes las restricciones impuestos por países aliados de Estados Unidos.
A partir de este lunes, el país más extenso del mundo obligará a los exportadores a vender el 80 por ciento de sus ingresos en divisa extranjera de manera obligatoria, para garantizar los precios y la tasa de cambio sostenibles.
“Las arcas del Estado disponen de suficientes recursos para cumplir con las obligaciones sociales”, aclaró el titular de Finanzas ruso, Antón Siluánov.
El pasado 24 de febrero Rusia inició una operación militar especial en Ucrania luego de que las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) pidieran le pidieron ayuda para frenar las hostilidades del Gobierno de Volodímir Zelenski.
De acuerdo el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov, su país no inició el conflicto con Ucrania, sino las autoridades de Kiev, cuyo ejército atacó sin cesar a la población de Donbass durante ocho años.
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