“Es inaceptable dada la postura de nuestro país que hagamos un acuerdo de intercambio nuclear con Estados Unidos”, recalcó el jefe de gobierno durante una sesión de la Dieta (Parlamento).
Las palabras de Kishida responden al debate generado luego de que su predecesor, Shinzo Abe, planteara la posibilidad de compartir la energía nuclear con Washington como hacen algunos estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
La víspera, en un programa de la televisión nacional sobre cuestiones de seguridad para Japón frente a la crisis en Ucrania, Abe señaló que es “necesario entender cómo se mantiene la seguridad del mundo. No debemos poner un tabú en las discusiones sobre la realidad que enfrentamos»
Otros políticos japoneses manifestaron su desacuerdo con el planteamiento del ex primer ministro Abe.
“Debemos abstenernos de esos comentarios”, subrayó en rueda de prensa el secretario general del Partido Comunista de Japón, Akira Koike, quien agregó que participar en el reparto nuclear “solo aumentaría las tensiones en Asia Oriental y provocaría la indignación de los supervivientes de la bomba atómica”.
Casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial Japón sufrió dos explosiones atómicas en Hiroshima y Nagasaki, donde murieron más de 200 mil personas y otros cientos de miles resultaron heridas, un ataque nuclear de Estados Unidos único de su tipo en la historia.
A propósito, Japón se rige por tres principios, adoptados formalmente en 1971, según los cuales la nación asiática se compromete a no producir, poseer o permitir armas nucleares en su territorio.
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