El vicepresidente económico de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, explicó en el Parlamento que los análisis respecto a la situación energética en el marco de la crisis ucraniana se centran hasta la fecha en evaluar el impacto si es Moscú quien toma la decisión de cortar el suministro.
Actualmente, el 40 por ciento del suministro de gas europeo y el 30 por ciento del petróleo y sus derivados proviene de Rusia, lo que pone a la UE en una frágil situación, en opinión de los ministros de Energía de los 27 países que conforman el bloque.
Para un posible escenario de intrrupción del suministro, Dombrovskis dijo que podrían gestionar la situación porque cuentan con otros proveedores y tienen en curso negociaciones abiertas para nuevos contratos con terceros países, y también para reforzar los que ya existen con socios como Noruega, segundo proveedor para la UE.
Indicó que el ejecutivo comunitario ante cualquier decisión refuerza su autonomía estratégica para reducir su fuerte dependencia de Rusia en el campo energético, una ambición en la que trabajan para la búsqueda de soluciones ante el alza de los precios de la energía y su vulnerabilidad ante manipulaciones.
La alternativa podría estar en otros proveedores de gas como Estados Unidos, Qatar, Egipto o en grandes compradores de gas licuado como Japón, con quienes la UE mantiene contactos, según el funcionario.
Por el momento, los líderes europeos señalan que el suministro para el invierno está garantizado con los almacenes gasísticos al 30 por ciento.
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