La guerra en Ucrania es el contexto exacto para una guerra nuclear, pero dónde están las voces que llaman a la paz y la negociación, se preguntó la secretaria general de la Campaña por el Desarme Nuclear, Kate Hudson, en un evento organizado por la coalición Stop the War.
La activista señaló que cada persona que muere a causa del conflicto es una tragedia, por lo que todas las acciones, dijo, deben estar dirigidas a garantizar un futuro pacífico para todos.
El exlíder del Partido Laborista británico Jeremy Corbyn, quien ocupa la vicepresidencia honoraria de Stop the War, también rechazó la operación militar lanzada por Rusia en Ucrania, pero llamó a ofrecer a los refugiados afganos, yemeníes y de otros países el mismo apoyo que ahora se ofrece a los ucranianos.
Después de la retirada de las tropas, de la firma del cese del fuego y del tratado de paz siempre quedan la amargura y las personas desplazadas, remarcó Corbyn.
La fundadora de la coalición pacifista Lindsey German refirió, por su parte, estar cansada de escuchar que el conflicto en Ucrania afecta a personas como nosotros, como si las demás guerras, dijo, no hubiesen afectado a la gente en Bagdad, Beirut o Alepo.
Denunció además que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se expande no solo en Europa, sino también en otras partes del mundo, incluida la región del Indo-Pacífico como parte de una nueva guerra fría con China.
La idea de que la OTAN es una alianza defensiva se viene abajo cuando vemos lo que está sucediendo, remarcó.
Rusia lanzó la semana pasada lo que el presidente ruso, Vladimir Putin, calificó como una operación militar especial en la región autónoma ucraniana de Donbass, después que las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaron ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes.
Putin afirmó que el objetivo de la operación es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y desmilitarizar Ucrania, cuyo gobierno solicitó la membresía de la OTAN.
El Reino Unido, Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de sus aliados acusan a Rusia de lanzar una invasión en gran escala contra el país vecino, e implementaron sanciones económicas y financieras contra los máximos representantes del Estado y del Gobierno rusos, y contra empresarios, bancos, aerolíneas y barcos de ese país.
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