Durante un encuentro con el grupo parlamentario de amistad con la nación euroasiática, el diplomático denunció cómo pretenden desvirtuar las razones de la maniobra y mencionó los aspectos fundamentales de la crisis, en el orden interno y externo, de las dos naciones con un pasado común.
El conflicto, puntualizó, tiene como fecha de comienzo el año 2014, tras el golpe de Estado perpetrado en Ucrania durante los acontecimientos del Maidán contra el entonces presidente legítimamente electo Víktor Yanukóvich y el establecimiento en el poder de una junta nacionalista y neofascista. “Ellos no reconocieron el derecho y autodeterminación de los pueblos.
Los territorios históricamente rusos como Crimea y la región del Donbass no querían someterse al dominio del régimen fascista (…) Durante ocho años el ejército de Kiev bombardeó a las repúblicas de Donetsk y Lugansk donde viven ocho millones de rusos”, indicó.
Khokhólikov aseguró que los habitantes de esos estados no tenían una vida digna, aspecto condenado en numerosas ocasiones desde Moscú, y la comunidad internacional nunca reaccionó sobre el tema, de ahí la adopción de medidas “drásticas” en la actualidad.
Durante casi una década, refirió, los aliados de Ucrania, especialmente Estados Unidos y los países europeos suministraron al régimen de la nación vecina armamentos para la instalación de sus bases en esa zona y lugares dedicados al adiestramiento y capacitación de militares.
Ante la creciente expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en desacato a los acuerdos suscritos hace más de 30 años, Rusia experimentó problemas en su frontera y, por tanto, la amenaza a su seguridad, situación muy similar a los sucesos previos a la Segunda Guerra Mundial.
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