De manera desesperada, asumen esa postura e, incluso, confiesan que las medidas impactarán también en Cuba, Nicaragua y Venezuela, tres socios significativos de la región, que sufren en carne propia las agresiones unilaterales impuestas desde la Casa Blanca, advirtió a Prensa Latina la analista Andrea Pérez.
La licenciada en relaciones internacionales y derecho y politóloga aseveró que las restricciones a los medios tienen como finalidad el encubrimiento de «la otra cara de la moneda, esa que no presenta la prensa hegemónica, y revela el conflicto de la OTAN y sus aliados, durante casi una década, cerca de la frontera rusa».
Los grandes medios «autorizados» por Washington y la UE no hablan sobre los ocho años durante los cuales Rusia demandó el freno del avance de la también conocida como Alianza Atlántica en Europa del Este, los intereses geopolíticos y económicos del bloque en la zona y su necesidad de crear estados pivotes como Israel.
«Esos mismos canales obvian de sus análisis el llamado de Putin a desnazificar al país vecino, una cruzada contra el denominado Batallón de Azov, formado por jóvenes de la ultraderecha, nostálgicos de la Alemania liderada por Adolf Hitler y en constante movimiento para atacar a Donetsk y Lugansk», reconoció.
Pérez aludió también a la ausencia en las agendas mediáticas de la masacre de Odesa, acontecida el 2 de mayo de 2014, cuando los nacionalistas ucranianos quemaron vivas a 48 personas e hirieron a 88, sin una investigación eficaz y justa sobre los acontecimientos por las autoridades de Kiev.
«Esos grupos llevan tiempo en apoyo a la desestabilización de Europa del Este. Incluso, el propio batallón, establecido días después de ese exterminio, forma parte del Regimiento de Policía Especial Azov del Ministerio del Interior. Sumado a ello, los neonazis alaban las acciones militares en la región de mayoría rusófana», dijo.
Xavier Díaz Lacayo, especialista en políticas públicas, declaró a Prensa Latina que la obstaculización de los canales de la nación euroasiática, certificados como fuentes de obligada consulta a nivel internacional, busca la legitimación y predominio de una sola parte del conflicto, en este caso las referidas a Ucrania.
«Esa tendencia al cerco de la información, ya es decadente. El avance de la tecnología en los países que estamos a favor de la independencia, soberanía y respeto a los asuntos internos de los estados, permite el acceso y difusión de la realidad. RT y Sputnik no podrán ser opacadas con esas amenazas», concluyó.
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