No se puede sencillamente dejar de usar petróleo y gas de la noche a la mañana, incluso si viene de Rusia. Claramente tiene que haber un periodo de transición, afirmó el gobernante conservador en una rueda de prensa junto a sus pares de Canadá y Países Bajos, Justin Trudeau y Mark Rutte.
Tras admitir que la decisión tendrá un impacto sobre la economía británica, Johnson dijo que su Gobierno hará todo lo posible por encontrar otros suministradores.
El gobernante dijo que abordó con Trudeau y Rutte la forma de aumentar la presión sobre Moscú, y anunció que entregará otros 175 millones de libras esterlinas (230 millones de dólares) en ayuda para Ucrania, con lo cual el aporte de Londres a Kiev superará los 525 millones de dólares.
También llamó a la comunidad internacional a crear una coalición de apoyo humanitario, económico y militar a Ucrania, e informó que en el plano doméstico impulsará la aprobación de una ley sobre delito económico dirigida principalmente contra los empresarios rusos con negocios en Reino Unido.
Rusia lanzó el pasado 24 de febrero lo que el presidente Vladímir Putin calificó como una operación militar especial en la región autónoma ucraniana de Donbass, después que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaron ayuda para repeler la agresión de las fuerzas nacionalistas.
Reino Unido, Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de los aliados de la OTAN de inmediato acusaron a Putin de lanzar una invasión en gran escala contra el país vecino, e implementaron sanciones económicas y financieras contra los máximos representantes del Estado y el Gobierno rusos, y contra empresarios, bancos, aerolíneas y barcos de ese país.
Las potencias occidentales también incrementaron en los últimos días la entrega de armas a Kiev y desplegaron más tropas en los países miembros de la alianza militar cercanos a Rusia.
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