Cosas del fútbol. Las noticias no parecían peores para el Real Madrid, con la lesión del alemán Toni Kroos y la gripe del uruguayo Fede Valverde. Así y todo, “la casa blanca” respondió ante su afición en el Bernabéu y terminó goleando al hueso duro de la Real Sociedad 4-1.
Para más dramatismo, arrancó debajo en el marcador 0-1 por una falta en el área de Dani Carvajal y un penal bien cobrado por Mikel Oyarzábal a los 10 minutos de cotejo. La remontada la empezó el jovencito francés Eduardo Camavinga a los 40 y el croata Luka Modric a los 43, con sendos cañonazos a larga distancias.
Todo bien luego con goles de penalti del galo Karim Benzema y el remache de Marco Asensio, y así consolidarse en la cima del torneo con ocho puntos de ventaja sobre el Sevilla.
Sin embargo, el entusiasmo de los hinchas y la euforia del propio técnico italiano Carlo Ancelotti marcaron el preludio de lo que se viene, el duelo a muerte el miércoles con el París Saint Germain (PSG).
Al margen de las pasiones, por un lado, queda claro que una desventaja 0-1 no es decisiva y el partido de vuelta en octavos de la Champions League tiene mucho morbo. De otro, la superioridad de los parisinos fue notoria en la ida en el Parque de los Príncipes.
Fallaron un penal (el argentino Lionel Messi), el astro francés Kylian Mbappé fue un azote en los más de 90 minutos, y en general la ofensiva del PSG asfixió a los madrileños.
Para males mayores, la lesión muscular de Kroos, el mariscal del mediocampo, se suma a la suspensión por tarjetas del volante de contención brasileño Casemiro. Entonces se vira la tortilla y, quemada.
Si recuperara a Kroos, algo bastante improbable, llegaría entre algodones al Bernabéu. La idea era que el germano ocupara la función de Casemiro y Valverde, con un estilo más veloz, a complementar el mediocampo al lado de Modric. Tiene el Real Madrid descartado, asimismo, al galo Ferland Mendy.
De momento no se sabe cuál será el experimento de Ancelotti. A priori Camavinga puede ser una alternativa, pero es demasiado inexperto para contener la furia del PSG que en el círculo central se apoya en el virtuosismo del italiano Marco Verrati.
En el lateral izquierdo le queda la carta del veterano brasileño Marcelo, quien, sin embargo, ya no tiene el fuste ni la velocidad para resguardar bien la posición ante los embates del PSG, a los que se suman el atacante argentino Angel Di María, el brasileño Neymar –junto a Messi- y el explosivo lateral derecho marroquí Achraf, entre otros.
Con todos estos desaguisados, la balanza del choque de octavos de final de la Champions League se inclina más que nunca al PSG, aunque el sueño sigue vigente para los merengues con el recuerdo de que son los máximos ganadores de Champions, con 13 orejonas.
jf/ft