De acuerdo con un reporte divulgado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los impactos de los cambios hidrológicos debido al retroceso de los glaciares y al deshielo del permafrost se acercan al punto de no retorno.
Según el organismo solo el 0,5 por ciento del líquido vital de la Tierra es utilizable y está disponible como agua dulce.
Durante los últimos 20 años, acotó, su almacenamiento terrestre exhibe una reducción a un ritmo superior en relación al consumo humano total por año.
Esto tiene enormes ramificaciones para la seguridad del agua en el futuro, dado el aumento de la población y la degradación ambiental, alertó la OMM.
En relación a las proyecciones futuras, el comunicado advierte sobre la disminución de agua procedente del deshielo, una fuente importante para el riego en algunas partes del mundo.
La pérdida de masa de los glaciares globales proyectada reducirá la disponibilidad del líquido para la agricultura, la energía hidroeléctrica y los asentamientos humanos a mediano y largo plazo, aseveró.
Se prevé además que los cambios en la magnitud de los caudales tengan un impacto adverso en los ecosistemas de agua dulce en muchas cuencas hidrográficas.
Los daños directos aumentarán en magnitud con cada fracción de grado en el incremento de la temperatura, y a medida que el cambio climático altere los patrones de precipitaciones, comunicó la fuente.
Al tomar en cuenta los efectos de dicho fenómeno, los líderes de la Coalición del Agua y el Clima instaron entonces a mejorar el empleo de este recurso con el fin de desarrollar la seguridad alimentaria, proteger la salud, los medios de subsistencia, promover la transición justa hacia la energía limpia y construir economías resilientes.
Dicha agrupación es un panel de eminentes representantes de los miembros de Naciones Unidas, la sociedad civil y el sector privado, invitados por el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
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