Estudiantes universitarias, amas de casa, jefas de hogar, profesionales, indígenas, representantes de organizaciones sociales y hombres a favor del respeto a los derechos del sexo femenino se dieron cita en el céntrico Parque El Arbolito, acompañados de pañuelos violetas y verdes, pancartas y canciones.
«Nos reunimos aquí para alzar nuestras voces por las que ya no están, por quienes perdieron la vida cuando apenas comenzaban a vivirla», afirmó a Prensa Latina la estudiante de arquitectura Ana María.
Por su parte, Mateo y Daniela, junto a su pequeña Eli, advirtieron que luchan «por la seguridad de su hija, porque el patriarcado se desarraigue de Ecuador y por un futuro mejor para todas las Eli de Ecuador y el mundo».
Con un grupo de tamborileras a la vanguardia, calles céntricas de Quito quedaron cerradas al tráfico vehicular ante el mar de pueblo que gritó, enardecido: «Ni una Menos», «Vivas nos Queremos» y «Sí al Aborto por Violación», entre otras frases.
Entre los pedidos recurrentes estuvo uno al presidente de la república, Guillermo Lasso, en cuyas manos está el proyecto de Ley de Aborto por Violación, aprobado en febrero pasado por la Asamblea Nacional (Parlamento), que legaliza la interrupción de embarazo para niñas, adolescentes y adultas gestantes como resultado de violencia sexual.
La demanda es que dé el visto bueno a la normativa, según la cual esa práctica médica se podrá realizar hasta las 12 semanas y excepcionalmente, para indígenas y mujeres rurales, hasta las 18.
Asimismo, la marcha fue dedicada a las víctimas de femicidio, que desde inicios de este año suman más de 40.
Igualmente fueron destacados los colectivos, organizaciones y fundaciones que defienden la igualdad de género y abogan por disminuir las brechas salariales y de ocupación de puestos de trabajo entre ambos sexos.
La movilización avanzó hasta el centro histórico, en un intento de llegar al Palacio de Carondelet, sede de la presidencia, pero según trascendió, hubo episodios de uso de gases lacrimógenos, efectivos a caballo y chorros de agua para limitar la marcha, lo cual fue ampliamente criticado en redes sociales.
Otras ciudades del país fueron escenarios de concentraciones y protestas, así como de denuncias de incidentes violentos similares.
jha/scm