El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia calificó el hecho de “monstruoso” y aseguró que la acción confirma que el Gobierno ucraniano está decidido a continuar su guerra contra la población de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
“Estamos seguros de que este crimen de lesa humanidad no quedará impune”, indicó el servicio diplomático ruso.
A través del comunicado, Moscú expresó las condolencias del pueblo y los dirigentes de la nación euroasiática a los familiares y amigos de las víctimas y a las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), y deseó la pronta recuperación de los heridos.
Este lunes, alrededor de las 11:30, hora local, la parte ucraniana disparó un misil táctico Tochka-U con una carga de racimo prohibida por el derecho internacional, en una zona residencial de esa ciudad en el este de Ucrania.
El misil fue derribado por los sistemas de defensa antiaérea, lo que permitió evitar que las consecuencias fueran catastróficas, indicó la nota de la Cancillería rusa.
Explicó que, no obstante, la propia caída de las partes del cohete en la ciudad provocó hasta el momento la muerte de 20 personas y 36 heridos, incluidos niños, mujeres y ancianos.
Según el líder de la RPD, Denís Pushilin, el ataque se produjo en el centro de la ciudad, mientras un grupo de gente esperaba en una parada el ómnibus.
Pushilin anunció que la república declarará luto por las víctimas del ataque, el que consideró “un crimen de guerra” por parte de Kiev.
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