Datos de esa agencia de la ONU indican que Ucrania y Rusia representan juntas más de un décimo de todas las calorías comercializadas a nivel global, flujos interrumpidos desde que comenzó la operación militar de Rusia en territorio ucraniano.
La FAO indicó que un alza de los costos de producción conllevará a que los países importadores solo podrán compensar en parte la reducción repentina y pronunciada en las exportaciones de granos y girasol en la temporada 2022-2023.
Un informe de esa organización señaló que lo preocupante es que la brecha de suministro global resultante podría elevar los precios internacionales de alimentos y piensos entre un ocho y un 22 por ciento, por encima de sus niveles ya elevados.
Las cotizaciones de los comestibles ya se vieron afectados por la pandemia de la Covid-19, con notables aumentos desde la segunda mitad de 2020, con una cota récord en febrero de este año.
Al respecto, la FAO pronosticó que entre el 20 y 30 por ciento de los campos utilizados para cultivar cereales en Ucrania no se plantarán o permanecerán sin cosechar durante la próxima temporada.
Sus pronósticos revelan que la cifra global de personas desnutridas podría aumentar entre ocho y 13 millones durante este y el próximo año, con los incrementos más pronunciados en la región de Asia y el Pacífico, seguida de África subsahariana, el Cercano Oriente y África del Norte.
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