El éxodo sucedió tras la operación militar especial emprendida por Rusia en el Donbass, pese a que el Kremlin alertó que el despliegue no va dirigido contra civiles.
Cerca de 1,91 millones salieron de Ucrania por la frontera con la vecina Polonia, en tanto 429 mil entraron en Hungría y 228 mil en Eslovaquia.
Rusia es también uno de los principales receptores junto a Rumanía y Moldavia, según estadísticas que actualiza a diario la Acnur.
Esa dependencia de la ONU estimó, además, en más de dos millones los desplazados internos en Ucrania y teme que esa cifra se triplique “pronto”.
La actual crisis migratoria es la peor que vive Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), según analistas.
En esta jornada el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, advirtió sobre el aumento en el país del flujo de refugiados procedentes de Ucrania y dijo que continuará la próxima semana.
Desde que Rusia desplegó la operación militar especial en el Donbass con el objetivo declarado de desmilitarizar Ucrania, varios países se apresuraron a evacuar a su personal diplomático y se sumaron a las sanciones impuestas desde Occidente.
El Ministerio de Defensa ruso informó que el operativo no está dirigido contra instalaciones civiles sino que busca inutilizar la infraestructura bélica, pero desde la Unión Europea se activaron medidas individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible, según el ente comunitario.
Países como Polonia, República Checa y Rumanía acogieron a refugiados, pero también aceptaron el despliegue de efectivos militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, con el propósito de cercar a Rusia, de acuerdo con el Kremlin.
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