El alto funcionario recordó que la Convención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas establece que los Estados participantes deben presentar a Naciones Unidas (ONU) informes sobre las instalaciones y las actividades biológicas que realizan.
“Estamos hablando de medidas para el fomento de la confianza, que se publican para monitorear la implementación de la Convención”, indicó, según reporte de la agencia de noticias TASS.
Kirílov manifestó que desde 2016, cuando comenzó la implementación de estos proyectos, Washington y Kiev guardan silencio de manera deliberada en los informes internacionales, a pesar de su evidente carácter biológico-militar. “Este secreto es otra razón para pensar en los verdaderos objetivos del Pentágono en Ucrania”, opinó.
Asimismo, advirtió que Moscú solicitó en reiteradas ocasiones que se publiquen los datos sobre las actividades biológico-militares del Pentágono en territorio de terceros países, de acuerdo con lo establecido en la Convención.
Sin embargo, dijo que Occidente, liderado por Estados Unidos, bloquea todo el tiempo la decisión, eludiendo las obligaciones internacionales.
El jefe militar indicó que los laboratorios del Ministerio de Defensa de Ucrania ubicados en Kiev, Odessa, Lvov y Járkov recibieron un total de 32 millones de dólares del Pentágono.
Detalló que Washington invirtió 1,6 millones de dólares en la investigación de las vías de transmisión de enfermedades a los humanos a través de murciélagos, en estudios realizados en el laboratorio de Járkov en colaboración con el Centro Richard Lugar, de Tblisi, la capital de Georgia.
“Creemos que en el territorio de Ucrania se estaban creando componentes de armas biológicas”, expresó.
En su opinión, no es casual que la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa y el contratista Black y Veatch fueran escogidos como responsables del proyecto U-P-8, destinado a estudiar los patógenos que causan la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la leptospirosis y hantaviridae.
Explicó que la selección de los laboratorios en Ucrania tiene que ver conque estos patógenos tienen focos naturales tanto en ese país como en Rusia.
“Su aplicación podría ser camuflada como brotes naturales de las enfermedades. Precisamente por esto el proyecto recibió financiación adicional y los plazos de su realización se prorrogaron”, manifestó.
Aseguró que la información compilada se basa en el informe “Realización de programas biotecnológicos de Estados Unidos y sus aliados del bloque de la OTAN en el territorio de Ucrania”, del 6 de marzo de 2015.
Según Kirílov, dichos documentos confirman “la participación directa del Pentágono en la financiación de proyectos militares y biológicos en Ucrania”.
A su vez, mostró los datos que confirman la entrega de cinco mil muestras de suero sanguíneo de los ciudadanos ucranianos al Centro Richard Lugar, así como el envío de 773 a un laboratorio de referencia en el Reino Unido.
Por otra parte, el Ministerio de Defensa ruso divulgó un acuerdo que prevé entregas de un número ilimitado de materiales infecciosos al Instituto Friedrich-Loeffler, en Alemania.
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