Prayut encabeza una alianza que enfrenta críticas por su mala gestión de la Covid-19, una economía pandémica aún estancada y tensiones latentes por las enormes protestas a favor de la democracia que han dominado los últimos 12 meses.
La turbulenta atmósfera política en la segunda economía más grande del sudeste asiático vio a la oposición agitar para que el primer ministro renuncie, pidiendo un debate de censura cuando el Parlamento se reanude en mayo.
Este lunes, el antiguo mentor de Prayut, el viceprimer ministro Prawit Wongsuwan, dijo que podrían celebrarse elecciones anticipadas después de que Tailandia sea sede de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en noviembre.
Aunque Prawit no tiene poder sobre cuándo se realizan los comicios, es la primera figura pública del gobierno que desliza la posibilidad de que finalice el mandato de Prayut antes de marzo de 2023, como está previsto.
Especialistas consideran que cuanto más tiempo pueda el primer ministro evitar las elecciones, mejor será para él, porque actualmente es muy impopular.
El exjefe del ejército, que encabezó un golpe de Estado en 2014 antes de asumir su cargo tras las elecciones de 2019, lidera una coalición de 16 partidos que tiene 248 escaños parlamentarios, frente a los 208 de la oposición.
No obstante, en enero una facción de 20 diputados de Palang Pracharat fue expulsada por disputas internas, y el mes pasado siete ministros de otro partido de coalición menor se negaron a asistir a una reunión de gabinete.
Prayut intenta reforzar su coalición acercándose a grupos más pequeños, pero debe reunir suficiente apoyo para sobrevivir al debate de censura presentado por la oposición cuando el Parlamento se vuelva a reunir en mayo.
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