El ente regulador, presidido por el primer ministro Prayuth Chan-Ocha, cedió así a la demanda de la industria turística local para reducir los costos a medida que más naciones alivian los controles fronterizos para atraer a los turistas.
De acuerdo con la nueva legislación, los visitantes vacunados no tendrán que someterse a una prueba obligatoria de reacción en cadena de la polimerasa el quinto día de su llegada a partir del 1 de marzo.
En su lugar, pueden hacerse una prueba de autoantígeno, eliminando el requisito de tener una reserva de hotel confirmada para la prueba.
El principal grupo de trabajo sobre virus de Tailandia también redujo la cobertura mínima de seguro médico para visitantes de 50 mil a 20 mil dólares.
Contrastantemente, la víspera el país elevó las medidas preventivas contra la Covid-19 al Nivel 4, el segundo más alto, debido a un fuerte aumento de los contagios con la variante Ómicron del SARS-CoV-2.
No obstante, el Ministerio de Salud descartó regular el confinamiento de la población por considerar que el sistema hospitalario está en condiciones de responder a un eventual crecimiento de los ingresos.
Tailandia está facilitando el acceso de los viajeros a sus famosas playas, templos budistas y parques nacionales después de casi dos años de estrictas restricciones fronterizas que diezmaron su industria turística.
La baja tasa de mortalidad actual en comparación con la ola Delta máxima significa que los centros de atención médica pueden hacer frente al brote, dijo el portavoz del grupo de trabajo, Taweesilp Visanuyothin.
Este miércoles Tailandia reportó 21 mil 232 nuevos casos, un máximo de seis meses, pero las muertes se mantuvieron en 39, en comparación con las más de 300 por día durante el pico de la ola Delta en agosto.
La nación asiática ha estado experimentando con varios planes en los últimos meses para tratar de revivir el sector de viajes, que representaba aproximadamente una quinta parte de su economía.
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