El director general de gestión de agua, saneamiento y drenaje, José Antonio Hernández, explicó que la política de la nación norteña hacia su país dificulta la adquisición de piezas y accesorios necesarios para cumplir con su encargo social.
Ejemplificó que en los últimos dos años la entrada a la isla de esos recursos es prácticamente nula, mientras se acumulan reportes de alrededor de seis mil salideros de agua potable, el 50 por ciento de ellos en la capital.
Frente a ese escenario trabajan de conjunto con entidades del sector no estatal para la fabricación de piezas necesarias, actualmente en fase de pruebas, lo cual permitiría avanzar en la solución a esta problemática en un momento en que la nación caribeña presenta dificultades en el abasto del líquido debido a la sequía.
Estados Unidos sería el mercado natural de Cuba para adquirir tecnologías y materias primas para este sector que representa un servicio básico a la población, pero resulta inaccesible debido a las medidas restrictivas que promueve el bloqueo económico, comercial y financiero.
La negativa de vender a la isla cualquier producto que contenga más de un 10 por ciento de componentes estadounidenses es otro aspecto que entorpece la compra de piezas y accesorios, incluso en mercados más lejanos, que además representan un encarecimiento de los envíos.
El bloqueo persigue a los proveedores en Europa y Asia, pues se trata de un sector estratégico y sensible, afirmó el director general.
El especialista William Gurry comentó como ejemplo la reciente, la compra de partes esenciales para la reparación de bombas sumergibles, que hace seis meses estaba pactada en 80 mil euros y ahora ronda los 157 mil, en parte debido a estas medidas de la Casa Blanca.
Por estas razones el grupo de empresas trabaja intensamente en la reparación de equipos mediante encadenamientos con la industria nacional, en particular la industria militar, que les permite sustituir la importación de algunas piezas.
De igual manera, desarrollan estudios con las universidades del país para buscar alternativas a las necesidades de importación, en particular a partes complejas de las bombas hidráulicas que requieren una composición muy específica de metales.
El bloqueo de Estados Unidos cuesta a Cuba más de cinco mil millones de dólares anuales, de acuerdo con cifras de la cancillería de la isla.
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