Al señalar que «cantó con y para sus hermanos, el célebre cantautor dijo que quiso traer un pedacito de Cuba y regalarles a sus compatriotas canciones entrañables que forman parte de sus nostalgias propias de la lejanía, y espero que esto se repita».
Recordó sus numerosas visitas a México, donde siempre ha encontrado amor y mucha amistad, con resultados muy fructíferos, en lo que devino invariablemente en encuentro y acercamiento de nuestras culturas y sobre todo la música que tanto nos une e identifica, expresó.
Mendoza deleitó con interpretaciones cargadas de nostalgia y cubanía como «Quién», «Alguien para mí» y «Chiquitica», muchas a coro con una audiencia compuesta también por mexicanos amigos de Cuba.
Reiteró que esa actuación en la embajada fue un momento especial, donde compartí con cubanos entrañables, y fue justificación ideal para compartir muestras de amistad y cariño entre representantes diplomáticos, cubanos residentes y amigos solidarios, señaló.
El libro «Escenas y consumo de la música. Miradas diversas» es autoría del cubano Marcos A. Campins Robaina.
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