De no recibir más gas para el próximo período invernal y las entregas desde Moscú se interrumpen o suspenden, no habrá disponibilidad para calentar todas las casas y apoyar a toda la industria, aseguró el titular alemán.
Habeck agregó que ese combustible se usa principalmente en la industria al inicio de la cadena de suministro, por lo que su falta puede provocar un efecto dominó, situación que obliga al gobierno de la primera economía europea a prepararse para esta eventualidad y evitar sus consecuencias.
Las máximas autoridades alemanas comunicaron que tienen la intención de diversificar las fuentes de suministro de energía en el contexto de la situación en Ucrania para deshacerse de la dependencia energética de Rusia.
En tal sentido ya iniciaron contactos con Qatar, uno de los tres mayores exportadores de gas natural licuado, el recurso con el que cuentan los países europeos para reducir su dependencia del gas ruso, además de una visita de seguimiento a los Emiratos Árabes Unidos y Noruega.
Rusia suministra gas a países de toda la Unión Europea, y Alemania adquiere aproximadamente el 50 por ciento de sus necesidades de ese mercado.
Moscú es el segundo mayor exportador de petróleo del mundo y, por mucho, el primer suministrador de gas de Europa, que representa el 85 por ciento de sus ventas, como registró el pasado año.
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