Según informó la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, el mandatario conversó por teléfono con su homólogo francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, así como con los primeros ministros Boris Johnson (Reino Unido) y Mario Draghi (Italia).
Biden dialogó regularmente en las últimas semanas con los gobernantes europeos sobre el conflicto en Ucrania y llegó incluso a subir el tono de su retórica al calificar al presidente ruso, Vladimir Putin, de “criminal de guerra”.
En respuesta, el director general de la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos), Dmitri Rogozin, declaró el pasado 17 de marzo que quizás habría que recordarle a Biden su propuesta de bombardeo en 1999 a la ciudad yugoslava de Belgrado y de envío de pilotos de la Fuerza Aérea a destruir puentes sobre el Danubio.
El miércoles, el ocupante del Despacho Oval viajará a Europa para reuniones en Bruselas, Bélgica, con líderes del Viejo Continente y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de la Unión Europea y del G7.
De acuerdo con los trascendidos del programa, el jefe de la Casa Blanca también irá a Polonia –país limítrofe con Ucrania y aliado de la OTAN- para encontrarse con su par, Andrzej Duda.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, estuvo en Polonia a principios de marzo.
Esta será la segunda vez que Biden asistirá de forma presencial a una cumbre de la alianza atlántica, tras la celebrada el 14 de junio de 2021.
Mientras, Rusia expresó este lunes que percibirá de manera negativa los intentos de otros países de interferir en su operación militar en Ucrania.
El portavoz presidencial Dmitri Peskov respondió así a las declaraciones de la embajadora de Washington ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, respecto a que no enviarán tropas a Ucrania, aunque cabe la posibilidad de que sí lo haga otro miembro de la OTAN.
Cuando anunció el 24 de febrero el inicio de la operación militar especial en Ucrania, Putin alertó a la comunidad internacional sobre la posibilidad de una reacción inmediata en caso de intentos de intervención externa en el conflicto.
Además, el jefe de Estado ruso dejó claro que el objetivo de la operación es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev en los últimos ocho años, así como “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
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