En mensajes separados, describió a Nouruz como un símbolo y encarnación de los valores de una civilización que se basa en la espiritualidad, cuya culminación es la adoración a Dios Todopoderoso, la amistad, el parentesco y la paz.
Afirmó además, que la contemplación de la grandeza de la creación y la atención a la transformación de la naturaleza animarán los corazones porque es una forma de recordar a Dios y también una causa para el crecimiento y la excelencia de la humanidad.
El presidente iraní también deseó que en el nuevo siglo se acelere el movimiento hacia los valores sublimes, divinos y humanos, y llegue un día más feliz a los corazones y almas de todas las personas de las tierras que viven dentro de Nouruz.
Irán se rige desde 1925 por el calendario solar persa, que comienza cada año con el equinoccio de marzo y está simbolizado su inicio con el fin del invierno y la llegada de la primavera, fecha para celebrar la fiesta de Nouruz o del año nuevo.
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