Durante una sesión de la Dieta (Parlamento), el jefe del gabinete nipon dijo que su país mantiene la voluntad de alcanzar un tratado de paz de posguerra con Moscú para resolver la disputa territorial sobre las islas Kuriles.
La decisión del Kremlin responde a las sanciones económicas impuestas por Japón desde el inicio de la operación militar especial rusa en el este de Ucrania.
Rusia «no tiene la intención de continuar las negociaciones con Japón sobre un tratado de paz, debido a la imposibilidad de abordar la firma de un documento fundamental sobre las relaciones bilaterales con un Estado que toma posiciones abiertamente hostiles y busca dañar los intereses de nuestro país”, precisa el comunicado oficial.
Otra de las medidas anunciadas por Moscú implica la retirada del diálogo sobre las actividades económicas conjuntas en los cuatro islotes al norte de Hokkaido, así como el fin del libre visado de los ciudadanos japoneses a los territorios en disputa.
Previo al reciente anuncio, Moscú aprobó una ley que establece una zona libre de aranceles en Kuriles del Sur (Territorios del Norte de Japón para la contraparte asiática), también condenada por el Ejecutivo nipón.
Tokio, que ha coordinado sanciones económicas con Estados Unidos, el Grupo de los Siete y otros países europeos, congeló los activos de 95 personas y empresas rusas, incluidos el presidente Vladimir Putin y su homólogo belaruso, Alexander Lukashenko.
Además, el gobierno japonés prohibió la exportación de cientos de productos y tecnologías que, a su juicio, podrían aumentar las capacidades militares del país euroasiático.
Respecto a las Kuriles, la querella diplomática data desde finales de la última conflagración bélica global. Los dos países reclaman el dominio de los islotes y tras décadas de conversaciones no han podido llegar a un acuerdo de paz de posguerra.
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