En una declaración el Ministerio de Asuntos Exteriores negó la presencia en suelo sudanés del grupo ruso de contratistas de seguridad privada Wagner, y de su participación en actividades ilegales.
La troika formada por diplomáticos de los tres países occidentales en una declaración contra Moscú dijo que miembros del grupo Wagner se encontraban en Sudán para participar en entrenamientos de uniformados y en la minería ilegal de oro.
En el comunicado la cancillería del país africano dijo que los diplomáticos de la troika involucraron deliberadamente y de forma arbitraria a Sudán en el conflicto de Ucrania.
Se trata, continuó, de «una flagrante interferencia en los asuntos internos de Sudán y una violación de las normas y prácticas diplomáticas establecidas».
Otros países africanos, como el caso de Malí, fueron señalados de tener en su territorio a integrantes de los Wagner, sin que hasta ahora se presentaran informes creíbles sobre su presencia.
Tanto Sudán como Malí se abstuvieron en la votación del pasado día 2 en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que condenó a Moscú por la incursión en Ucrania, que el presidente ruso, Vladimir Putin, calificó de operación militar especial.
Sudán vive en la inestabilidad política desde el derrocamiento en abril de 2019 del entonces presidente Omar al Bashir, el golpe de Estado del 25 de octubre del año pasado profundizó la crisis política.
El líder golpista general Abdel Fattah al Burhan encabeza el Consejo Soberano de Transición, la máxima instancia hasta la eventual celebración de elecciones en 2023.
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