Según los expertos de ese centro de estudios, cuando el virus SARS-CoV-2 se encontraba en la base de los pulmones, éstos se consideraban inadecuados para un trasplante.
Otros órganos podían seguir siendo óptimos para ese proceso con seguridad, siempre y cuando el donante no muriera de Covid-19 hiperinflamatorio grave o mostrara signos de coagulación excesiva.
No todos los órganos de donantes Covid-19 positivos son aptos para el trasplante, aclararon los especialistas.
Durante la investigación, todos los donantes fueron evaluados teniendo en cuenta el tipo de órgano, la duración y la gravedad de la enfermedad por Covid-19.
También fue observado si había algún signo de enfermedad hipercoagulable, lo que significa un aumento potencial de la coagulación en el órgano o los vasos donados, al mismo tiempo fue realiza una cuidadosa inspección general.
“Incluso después de superar todas estas barreras, los médicos deben seguir considerando la causa última de la muerte de un donante y sopesar si es probable que eso repercuta negativamente en la calidad del órgano y/o en el riesgo quirúrgico”, puntualizan los científicos.
Los expertos recomendaron que los receptores de órganos tengan su esquema completo de vacunación antes de la cirugía. «Estar sin vacunar puede aumentar el riesgo de Covid-19 grave en los pacientes trasplantados debido a los fármacos inmunosupresores que reciben después del trasplante”, alertaron los científicos.
«Aunque es limitada, la experiencia hasta la fecha respalda el uso de órganos abdominales procedentes de donantes positivos a Covid-19 como algo seguro y eficaz», subrayan los especialistas.
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