De estos eventos solo 197 han sido perceptibles por la población, aunque todos fueron de baja intensidad, precisó este domingo el presidente del Centro de Información y Vigilancia Sismovolcánica de Azores, Rui Marques.
Debido a la actividad sísmica, las autoridades declararon esta semana el nivel V4 de alerta volcánica (de un total de cinco) y reforzaron las medidas de seguridad ante la posibilidad de un terremoto de alta intensidad o una erupción.
Sin embargo, el gobierno portugués, insiste en que no hay necesidad de evacuar la región y que trabajan bajo el lema «preparados para lo peor esperando lo mejor».
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, aseguró que la población de la isla de San Jorge no tiene razones para estar preocupada y anunció que este domingo viaja a la ínsula para transmitir confianza.
Pese a los llamados a la calma, unas dos mil personas, cerca de la mitad de la población de Velas, se fueron al municipio vecino, Calhetas, o huyeron de la isla, una decisión que desde el Gobierno regional ven como responsabilidad única y exclusiva de los propios habitantes.
El Gobierno de Azores reforzó por mar y aire los conexiones de San Jorge con la isla de Pico, a 15 kilómetros, y Protección Civil desaconseja los desplazamientos no esenciales para evitar obstáculos adicionales en un eventual socorro a la población.
La isla de San Jorge, con 54 kilómetros de largo y 6,9 kilómetros de ancho y cerca de nueve mil habitantes, forma parte del grupo central del archipiélago luso de las Azores ubicado en aguas del Atlántico, a más de mil 600 kilómetros de la costa del Portugal continental.
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