La ciudad está vacía, en la lejanía se oyen sirenas y detonaciones, mientras la vida de los que quedan en esta capital transcurre normalmente, afirmó Bostjan Lesjak el nuevo embajador esloveno en Kiev.
El diplomático, que después de los eventos en Crimea en 2014 integró la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Ucrania, anteriormente fungía como encargado de negocios interino de Eslovenia.
La semana pasada el primer ministro, Janez Jansa, anuncio la intención de Eslovenia de reabrir su representación diplomática como acto de apoyo a Ucrania e instó a las demás naciones a hacer lo mismo, informaron fuentes de este país.
Jansa, quien el 15 de marzo viajó a Kiev con sus homólogos de Polonia y República Checa, argumentó que la diplomacia está para ofrecer soluciones y negociar, incluso en medio de ataques.
Después de una solicitud de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk para repeler una agresión de Kiev, el pasado 24 de febrero el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció una operación militar en el sudeste ucraniano.
Putin, en un discurso informó que el objetivo de la operación es proteger al Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
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