Según la entidad integrada al grupo familiar Mulliez, que incluye además a Auchan y Leroy Merlin, le resulta imposible mantener la oferta de productos, el 92 por ciento de ellos procedentes del exterior, en sus 60 tiendas en territorio ruso, 22 ubicadas en Moscú.
Rusia lanzó el 24 de febrero una operación militar contra Ucrania, tras acusarla de agredir a las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk, cuya independencia había reconocido, lo cual desató las sanciones de occidente en sectores como el financiero, la aviación y los viajes.
Decathlon señaló que esas medidas encarecen sobremanera sus artículos, por lo que suspenderá de forma paulatina las actividades comerciales.
Asimismo, aseguró que mantendrá el vínculo con sus dos mil 500 empleados rusos, más de la mitad de ellos accionistas.
Auchan y Leroy Merlin han descartado por su parte abandonar Rusia, donde su volumen de negocios sí es significativo, a diferencia de Decathlon.
Para Leroy Merlin, el gigante euroasiático representa el segundo mercado, con un 18 por ciento del total de sus cifras de negocios y 45 mil trabajadores, mientras para Auchan constituye el tercero con un 10 por ciento y 30 mil empleados.
La presión en occidente aumenta sobre las compañías que mantienen negocios en Rusia, y en una intervención por videoconferencia ante los senadores y diputados de Francia, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, llamó a un boicot contra la economía del país vecino y acusó a las empresas galas que siguen allí de cómplices “de la maquinaria bélica rusa”.
Pese a las sanciones que intentan estrangular su economía, finanzas y comercio, Moscú insiste en la posición de exigir que se escuchen sus reclamos de garantías de seguridad, a partir de la utilización de Ucrania para tratar de expandir a la OTAN aún más hacia el este de Europa.
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